Explicación
Esta frase simboliza el valor intrínseco de cada esfuerzo que hacemos hacia el logro de nuestros sueños y metas. No importa cuán pequeño sea el paso, cada movimiento hacia adelante nos acerca a la grandeza personal. Es un recordatorio de que el crecimiento personal es un proceso gradual, como un camino que florece a cada paso, mostrándonos que la perseverancia y la fe en nosotros mismos transforman nuestra realidad.