Explicación
Esta frase nos invita a reflexionar sobre la importancia del silencio en nuestras vidas. A menudo, creemos que comunicar todo lo que sentimos y pensamos es necesario para hacernos entender. Sin embargo, en muchos casos, el silencio puede ser más elocuente que cualquier discurso. Cuando callamos, dejamos espacio para que el corazón hable en sus propios términos, revelando las emociones más profundas y verdades que a veces tememos enfrentar.