Explicación
Esta frase es una invitación a valorar cada momento y movimiento que hacemos en nuestro diario vivir. Al igual que en la danza, donde cada paso es esencial para la coreografía completa, en la vida, cada decisión, cada error, cada acierto, nos construye y nos lleva hacia nuestro destino final: la felicidad. No importa cuán pequeño o insignificante parezca el momento, cada uno tiene su valor en la composición del baile que es vivir.