Explicación
Esta frase resalta el valor inmenso de la amistad, esa conexión profunda que trasciende los límites físicos. Significa que, no importa cuán lejos estén nuestros amigos, el vínculo que compartimos es tan fuerte que podemos sentir su amor y apoyo como si estuvieran justo a nuestro lado. En los momentos más difíciles, saber que contamos con amigos cuya presencia se siente en el corazón es un regalo invaluable. Es un recordatorio de que la verdadera amistad no conoce de distancias.