Explicación
Esta frase nos invita a reflexionar sobre la importancia de los valores emocionales frente a los materiales. En un mundo donde el tener parece prevalecer sobre el ser, recordar la invalorable riqueza de los gestos sinceros, como un abrazo, nos reconecta con nuestra humanidad. Los bienes materiales pueden ofrecer comodidad y satisfacción temporal, pero son los actos de amor y amistad los que verdaderamente enriquecen nuestra existencia y nos dejan memorias imperecederas.